domingo, 29 de enero de 2017

Poesía y tipografía

Las normas de la tipografía no vienen del cielo sino de siglos de lectura y libros. Dejando de lado ciertos preceptos y caprichos regionales (que también, y por qué no, es agradable seguir), muchas de ellas tienen un gran sentido práctico y están destinadas a facilitar la lectura y no a torturar al lector. Por ejemplo, la composición en verso tiene las suyas. No digamos la composición de poesía, pues verso y prosa son, más que nada, convenciones de escritura y quien manda en la poesía es el oído. Esas normas, naturalmente, sólo las puede quebrantar el poeta, y por eso es necesario dialogar con él. Pero si el autor no dice nada, entonces la tipografía actúa de oficio, prescribiendo que el sangrado izquierdo del poema debe ser el mismo que el del verso más largo centrado. Esto hace que los poemas tiendan hacia el centro de la página, y deja en el lector una grata sensación de equilibrio. Ver publicaciones de poesía donde todos los versos en todas las páginas queden a un margen fijo, y a no ser que el poema ocupe un libro entero como la Odisea, me parece simplemente espantoso.

jueves, 26 de enero de 2017

El sobrio

Maquetar poesía (en mi caso, ponerse en el otro lugar) se parece mucho a ser el sobrio que conduce.

martes, 17 de enero de 2017

Odisea oxoniense



Entre todos los pertrechos que Odiseo llevaba en su atribulada nave, quién le iba a decir que también se incluiría con el tiempo el aparato crítico que el ilustre polizón oxoniense Thomas W. Allen le subió a bordo. Esta página de la monumental «Homeri Opera» luce en todo su esplendor el característico look de las ediciones de Oxford, a la vez delicado y aplastante. Ahí está la tipografía Porson, marca de la casa, y el uso de espacios, generosos, entre las unidades críticas. A pesar de toda la atmósfera erudita, es curioso que esas páginas, con estos fríos siberianos, resulten tan hogareñas.

sábado, 14 de enero de 2017

Negro / blanco

La arcilla que modela la tipografía no es sólo el negro de la tinta sino (y casi más) el blanco de la página.