jueves, 10 de noviembre de 2011

Otro apunte

Creo que nunca hubo tanta sobreabundancia cansina de poéticas como ahora. La rolliza teoría lo aplasta todo, y apenas deja un rincón para el poema, que sólo tiene derecho a respirar como ejemplo práctico de las directrices que pregona aquélla. Qué pizarra no quedará sin su diagrama, qué frente estará virgen de desvelos, y cuántos vagarán con su redecilla, fustigando el aire, para cazar la mariposa que ya ha sucedido. Porque el poema es la crisálida, la mariposa, su vuelo y su jornada, todo junto. Si la creación es un mito, el poeta entonces ha de vivir en el mito. Dejémoslo allí solo al poeta, poetizando. Lo anómalo (creo) es encallarse demasiado en ese papel. Como si alguien acomoda unos regalos por la noche, asumiendo y respetando el juego, y termina por creerse el mismísimo Santa Claus a la luz del día.