jueves, 1 de marzo de 2012

Nubes sobre el desierto

Abrí este blog en la primavera del 2007, unos pocos meses después de que saliera mi traducción de la poesía de Safo en DVD Ediciones. Lo abrí sin saber demasiado lo que era un blog. A fecha de hoy, sigo sin tenerlo del todo claro, por más que venga cierta corriente crítica "lamer" a intentar convencernos de que éste y otros medios en la red han supuesto, suponen o supondrán una suerte de revolución literaria que nos dejará patidifusos. Al margen de todo, es bien sabido que los web logs, bitácoras, o como se llamen, nacieron en el ámbito periodístico. Eso explica su formato vertical y su enfermizo escoramiento hacia lo que llaman "actualidad". El formato vertical está inundando internet, probablemente promovido por los alojamientos gratuitos como este de Google-Blogger, que en su día marcaron una tendencia, y, sobre todo, por las tan traídas redes sociales (más redes que sociales) donde lo vertical ya es descaradamente vertiginoso, y no importan tanto las gotas de agua como el incansable y cansino chaparrón. En la página web de DVD Ediciones, como ustedes saben, hemos reivindicado (creo que con éxito) el formato horizontal, por más que en contadas ocasiones hayamos echado mano, sin problemas, del rulo. Un servidor sigue trabajando en la citada web, preparando nuevos contenidos y nuevas secciones. Hay otro proyecto, además, del que aún no adelanto nada. Y mi nuevo blog sobre tipografía, que anuncié hace días por aquí, seguirá avanzando, pero con calma. Esa será la presencia que tendré, por ahora, en la red de redes. Digamos que, tras tanta verticalidad, tanto actualizarme, me entran ganas de recuperar lo horizontal. Por lo cual este blog entra en un período de descanso, no sé por cuánto tiempo. Por supuesto, en la medida de lo posible, seguiré manteniendo al día la parte de la derecha, con perdón, la meramente "corporativa", y atendiendo los comentarios que puedan llegar en entradas atrasadas. Y, entre tanto, qué mejor que cultivar el género epistolar, tan olvidado hoy en día, con los amigos. Muchos de los cuales, es justo decirlo, han llegado gracias a la blogosfera.

Echarle el freno a un blog tampoco requiere más explicación. Se para y punto. Pero en este caso me apetecía que el "punto" tuviera la forma de una reflexión. Creo también que, frente a la rectilínea aburrida y plana, es bueno ir dejando pequeñas banderas, algunos hitos, trazando límites. Les dejo con un soneto de Gerardo Diego. Un soneto maravilloso, que siempre me trajo una sensación mixta de plenitud e incertidumbre.

***

NUBES SOBRE EL DESIERTO

Tres sombras grises cruzan el desierto,
las sombras de tres nubes, de tres diosas
que, opulentas, sublimes, majestuosas,
vuelan por el azul, a cielo abierto.

Y abajo, allá, sobre el paisaje muerto,
tres sombras se deslizan, tres piadosas,
nómadas ilusiones de aguas, rosas
y palmas de suavísimo concierto.

Y ellas, las diosas, ven las caravanas
lejanas, los oasis, las cisternas.
Sus nombres, nada. A tientas, van lamiendo.

Dime, Dios del desierto, ¿son eternas
nuestras almas? ¿Son nubes? ¿Sombras vanas
sobre tu estéril frente inmensa ardiendo?

(Gerardo Diego, Alondra de verdad)